Liposucción de papada ¿cómo se realiza?
La papada o el doble mentón es de las mayores preocupaciones estéticas, tras las bolsas en los ojos y la flacidez en la piel. Es algo congénito que no se elimina ni con dietas ni con tratamientos.
Cuando se trata del envejecimiento de la piel, el cuello es uno de los primeros lugares en mostrar la edad y, para algunas personas, es más probable que la grasa se acumule debajo del mentón.
Generalmente, con el paso del tiempo, la grasa se acumula en la zona del cuello o como, comúnmente la llamamos, papada. Esto hace que el rostro se vea distinto a como lo era anteriormente, haciendo que el cuello se agrande y que haya un desequilibrio.
Para eliminar toda esa grasa acumulada, nada mejor que una liposucción de papada, que hará que toda la flacidez y acumulación desaparezcan.
¿Cómo se realiza la liposucción de papada?
La liposucción de papada es una operación sencilla y poco invasiva: su objetivo es eliminar la grasa localizada en la región submentoniana para definir el cuello y el reborde mandibular. Está destinada principalmente a pacientes que evidencian acumulación de grasa en la zona media y anterior del cuello.
Se realizan una o dos pequeñas incisiones que se ocultan bajo el mentón o detrás de las orejas. Usando estas incisiones, el cirujano introduce pequeñas cánulas de liposucción mediante las cuales retirará la grasa excedente y esculpirá un contorno natural y más armónico con el cuello y mentón del paciente.
Dependiendo de la valoración que realice el cirujano, el procedimiento puede realizarse de forma rápida y bajo anestesia local, o general. Esta técnica permite esculpir un contorno muy natural.
El éxito del postoperatorio de la liposucción de papada está en seguir al pie de la letra las indicaciones que haga el médico, ya que al hacerlo se logran resultados óptimos: es muy importante que el paciente sea consciente de que los resultados no serán permanentes si continúa con malos hábitos, como consumo de alimentos grasos.
Al principio, el cuello puede parecer extraño y estar entumecido debido a la inflamación. Pueden persistir algunos pequeños derrames durante un par de semanas, pero a partir de la tercera la situación se normaliza de forma notable.
En definitiva, el post-operatorio de la liposucción de papada no es doloroso. La mayoría de los pacientes describen “una molestia o tirantez” de la zona tratada, molestias fácilmente controlables con los analgésicos habituales. Tener papada puede influir en la autoestima de algunos pacientes porque quizás es uno de los defectos estéticos que más marcan el envejecimiento facial en general.
Los resultados tras la liposucción de cuello y papada son muy satisfactorios, tanto a nivel estético como emocional. La lista de beneficios es numerosa: se consigue recuperar la armonía facial, estilizar el cuello, marcar la línea del mentón, mejorar la autoestima, rejuvenecer el rostro… Resultados que, manteniendo un estilo de vida saludable con dieta y deporte, serán permanentes.