Las ceramidas, alimento necesario de tu piel
El paso de los años, los agentes climáticos externos y algunos malos hábitos pasan factura a nuestra piel, que con el tiempo acaba perdiendo su hidratación natural y su elasticidad, además del brillo y la tersura. Todo ello se muestra en la aparición de arrugas, patas de gallo y de expresión… porque la tirantez de la piel crea y marca arrugas y acelera el envejecimiento celular.
¿Cómo podemos frenar esa tendencia?
La clave está en las ceramidas, unos lípidos que se encuentran de manera natural en nuestra piel (al igual que el colágeno) y que cuando comienzan a disminuir se percibe en nuestra piel, que estará más reseca y más tensa. También actúan como una potente barrera de la piel frente a agentes agresivos como los rayos solares, la contaminación o los cambios fuertes de temperatura.
Esto se debe a que su función principal es unir las células de la piel y de esta forma se evita la sequedad de los tejidos cutáneos. Podemos decir que la ceramida es el “cemento” de nuestra piel, y por ello es fundamental cuidar la rutina de la limpieza y cuidado facial.
Estos lípidos no solo se encuentran de manera natural en nuestra piel, sino que también podemos encontrar ceramidas en el cabello y en las uñas, con una función similar a la que tienen en la piel, que es fortalecer las células para combatir los efectos adversos del paso del tiempo o proteger de la contaminación.
Si notas que tu piel tiene cierta tirantez y luce sin brillo, sin duda necesitas un tratamiento con cremas que incorporen ceramidas en su fórmula.
En la composición de muchos cosméticos encontramos este tipo de lípidos, ya que aportan numerosos beneficios para mantener la piel libre de arrugas y además combatir el paso del tiempo, al tiempo que dejan la dermis hidratada y cuidada.
Hoy en día existen laboratorios y marcas de cosméticos que ofrecen una amplia variedad de productos con ceramidas.
Consulta a tu dermatólogo y asegúrate de adquirir siempre cosmética de calidad y de marcas reconocidas.