Calabazas salud durante todo el año
La calabaza es una fruta, y aunque “fruta” y “verdura” son terminologías más populares que científicas, podría decirse la fruta es la parte comestible del fruto. Pertenece a la familia de las Cucurbitáceas, la calabacera, cuyas flores son grandes y anaranjadas.
La calabaza suele tener tamaño grande y corteza firme, de diferentes formas y colores, que van del verde al anaranjado, con la pulpa también anaranjada.
Calabazas salud durante todo el año
Las hay de verano y de invierno, por lo que es un alimento para todo el año. Las calabazas de invierno tienen piel gruesa y pesada en relación a su tamaño, y las de verano son suaves al tacto, brillantes y con una piel no muy dura.
El secreto para escoger correctamente es fijarse en que tengan la piel intacta y firme, porque si es lisa y fina puede significar que todavía está un poco verde.
Las calabazas aguantan bastante tiempo (hay algunas que pueden conservarse hasta por 6 meses). En verano, lo mejor es guardarlas en la nevera y consumirlas cuanto antes, ya que una vez abiertas aguantan más o menos una semana en la nevera. Lo más aconsejable es cubrirlas con un film, taparles la piel o guardarlas en una bolsa de papel.
En España, la mitad de las calabazas que se consumen proceden de las islas Canarias y Andalucía. También se cultivan en Valencia, Murcia y Cataluña.
¿Por qué añadir la calabaza a tu dieta?
Porque tiene propiedades antidiabéticas, una gran cantidad de minerales (potasio, magnesio, calcio, zinc y hierro) y aporta vitaminas tan importantes como la A y la C.
Crudas y secas, las semillas de calabaza constituyen un sano aperitivo o tentempié. Entre sus minerales sobresale el magnesio, importante para los sistemas cardiovascular y nervioso: 50 gramos cubren la mitad de las necesidades diarias.
Evita y alivia un gran número de enfermedades relacionadas con el aparato urinario, como cálculos renales, cistitis o retención de líquidos.
Las calabazas además contienen una importante cantidad de betacorenos, un pigmento vegetal que actúa como antioxidante, que ayuda al organismo a producir vitamina A y es importantísimo para que la piel tenga una buena salud, llegando incluso a reducir los signos de envejecimiento prematuro.
Se pueden preparar en muchas presentaciones: asadas, en crema, en la masa de bizcochos saludables (sustituyendo el azúcar por el dulzor de la calabaza), al horno en gajos, al estilo de las patatas fritas…
Incorpóralas a tus menús y disfruta de sus propiedades y sabor durante todo el año.