Acné: qué debes saber
Estas Navidades van a ser el debut en las fiestas de fin de año para muchos jóvenes y adolescentes. Como es lógico todos van a querer brillar y estar lo más guapos posible en todas las citas estivales. Sin embargo, muchos de ellos van a sentir cierta vergüenza al mostrarse en público, porque su rostro presenta una de las patologías más comunes a esas edades, el acné.
Según los expertos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el 78% de la población padecerá acné a lo largo de su vida. Siendo la edad máxima de prevalencia de la enfermedad entre los 14 y 16 años, aunque también está presente en adultos.
El acné es un trastorno de la piel que ocurre cuando los folículos pilosos se tapan con grasa y células cutáneas muertas, y causa puntos blancos, puntos negros o granos. Si el poro obstruido se infecta con bacterias, se forma una espinilla, que es una pequeña protuberancia roja con pus en la punta. Suele ser una dolencia persistente, pues aunque granos y erupciones vayan desapareciendo lentamente, cuando uno empieza a desaparecer otros parecen aflorar.
El aspecto y la gravedad del acné varía de un paciente a otro, pudiendo presentarse como puntos blancos (poros tapados cerrados), granos, irregularidades sensibles rojas y pequeñas (pápulas), espinillas (poros tapados abiertos) o bultos con y sin pus.
Respecto a las zonas en las que aparece, las más comunes son la cara, la frente, el pecho, la parte superior de la espalda y los hombros. Además hay quien lo padece en piernas, brazos e incluso la cabeza.
Un acné sin tratar o incorrectamente controlado, además de resultar muy molesto, llega a perjudicar la imagen del individuo y causarle trastornos psicológicos, sobre todo si se produce la aparición de cicatrices serias y permanentes.
En algunas pacientes el acné está muy relacionado con su ciclo menstrual. Otros factores como el estrés no lo provocan como tal, pero empeoran su desarrollo. Por otra parte, la genética interviene en el acné: si tus padres lo padecieron, es probable que tú también lo padezcas.
Dependiendo de la gravedad e intensidad de tu acné, el dermatólogo te recomendará un tratamiento tópico (con exfoliaciones controladas y retinol), oral (con fármacos específicos) o quirúrgico (que supone el drenaje de los quistes o la eliminación mecánica de los comedones).
No te apliques remedios caseros ni sigas a ciegas los tratamientos de otras personas. Lo que funciona para unos puede ser perjudicial en tu caso. Así que mejor pide una cita al dermatólogo y asegúrate de que estás en manos de profesionales.