Un, dos, tres, glúteos fuertes
Caminar todos los días un rato, dormir 8 horas y beber mucha agua…sí, sí, ¿y qué más? Si estás cansada de leer que esto es lo que dicen que hacen muchas modelos para tener los glúteos en forma y no te lo crees, en la Clínica Bruselas estamos contigo. Obviamente eso es importante pero no es, ni de lejos, lo único que se necesita. Tener unos glúteos fuertes, bien colocados y turgentes depende de varios factores: Genética, alimentación y ejercicio.
El primer factor es determinante. De hecho, si naces con un culete plano, salvo que te operes, por mucho que hagas, aunque engordes, lo vas a seguir teniendo plano. Si lo tienes respingón, por mucho que adelgaces, seguirá siendo prominente. Y ojo, los culetes respingones son muy atractivos.
El segundo factor es la alimentación. Si la naturaleza te ha otorgado lo que se llama: una buena retaguardia, ¡no lo desperdicies y aliméntate bien! Que tu dieta sea sana y equilibrada. Salvo que un médico te haya diagnosticado alguna intolerancia, es importante que no elimines de tu dieta algún nutriente. La dieta mediterránea trae consigo los mejores resultados por algo.
El tercer factor es el ejercicio. SI bien es cierto que hay genéticas agradecidas que no precisan de ejercicio alguno, ya sabemos que hacer ejercicio es muy bueno y para el culete viene muy bien, por ejemplo, subir escaleras (deja el ascensor de una buena vez salvo que vayas al piso 18) La bicicleta, la elíptica o simplemente caminar, son ejercicios que, los necesites o no, siempre van a venir bien al trasero.
También es muy importante cuidar los tejidos que sustentan esos glúteos, por eso es tan importante echarse crema en el culete. Hidratante y reafirmante. Y si eres de las valientes que todavía quedan por el mundo, date un chorro de agua fría desde el comienzo de los glúteos hacia abajo. ¡Mano de santo!