Rinofima ¿qué es y cómo se cura?
La piel es el órgano que recubre el cuerpo humano y sirve de barrera de protección frente a las agresiones exteriores, las sustancias químicas, las bacterias… y por tanto sufre las consecuencias de todos esos ataques y a veces presenta alteraciones en forma de eccemas, desecaciones, despigmentación… En algunas zonas concretas de la piel esas alteraciones se hacen crónicas, como en el caso del rinofima en la nariz, que provoca engrosamiento de la piel de la zona, enrojecimiento, nódulos de superficie irregular y aumento de tamaño, y además puede afectar también al mentón y a la frente. El enrojecimiento de la piel va desde el grado leve al severo, dependiendo del tamaño y la cantidad de los nódulos que aparezcan.
Afecta sobre todo a los hombres, con casi el triple de casos que en mujeres, y más a quienes tienen la piel blanca, generalmente a personas de ascendencia europea noroccidental. Muchos pacientes con rosácea también tienen ojos secos, irritados e hinchados y párpados rojos e inflamados. Esto se conoce como rosácea ocular. En algunas personas, los síntomas oculares preceden a los síntomas cutáneos.
Se desconoce la causa concreta del rinofima, pero podría deberse a una combinación de factores hereditarios y ambientales. En contra de lo que muchos piensan, la rosácea no es causada por una mala higiene ni por exceso de alcohol.
Esta dolencia no tiene cura a día de hoy, por lo que el tratamiento se centra sobre todo en paliar sus molestias y en evitar que vaya a más. Los antibióticos pueden, en determinados casos, constituir un alivio, pero la piel de cada persona es distinta, por lo que se recomienda paciencia y constancia en el largo tratamiento.
La solución más eficaz a largo plazo pasa sobre todo por la terapia con láser y otras basadas en la luz, que pueden ayudar a reducir el enrojecimiento de los vasos sanguíneos agrandados. Es posible que se necesiten tratamientos repetidos periódicamente para mantener la apariencia mejorada de la piel.
El láser CO2 emite una luz controlada que provoca la destrucción de lesiones en la epidermis y que se utiliza en el tratamiento de numerosas lesiones cutáneas tanto benignas como malignas, siendo el láser más adecuado para el tratamiento del rinofima.
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