Las cirugías también son para el verano
En la Clínica Bruselas recibimos numerosas consultas acerca de cuál es la mejor época del año para realizarse determinadas intervenciones o para someterse a tratamientos concretos. Hay quien cree que el verano no es una buena estación para según qué intervenciones. Lo cierto es que, como en casi todo lo relacionado con la medicina, cada paciente es un mundo, si bien no las intervenciones plásticas no dependen para nada del clima o el tiempo, por lo que su buen resultado está asegurado indistintamente de las condiciones externas. Las grandes diferencias respecto a operarse en invierno son el sol y el calor. Independientemente de la época, hay que evitar exponer las cicatrices al sol las semanas posteriores a la intervención, y una recomendación es usar protector solar de pantalla completa incluso cuando la piel esté cubierta.
Si dispones de más días de recuperación en verano, por ejemplo, tras una liposucción, el único inconveniente que puedes encontrar es el calor que puede provocar la faja postoperatoria, aunque ya todos los hogares están acondicionados para no tener que soportar los rigores del verano. Por otra parte, una de las ventajas de operarse en época estival es que a la hora de reintegrarnos en nuestra vida laboral ya no serán visibles algunas de los signos de la operación, puesto que los posibles hematomas o las inflamaciones, que son más difíciles de ocultar en nuestro día a día, se habrán reducido o desaparecido. Además, el hecho de que las prendas de verano sean más livianas ayuda a que el postoperatorio sea más llevadero. La zona operada estará más aireada y la ropa nos rozará menos, por lo que el proceso será más cómodo.
Por otra parte, reponerse sin presión ni prisas proporciona unos mejores resultados tras cualquier operación, y en las de estética el factor psicológico resulta fundamental.
En todo caso, las circunstancias de cada paciente son las que mandan, ya que no existen unos condicionantes médicos que determinen la idoneidad de unas fechas u otras.
