Injerto capilar con FUE
La caída del cabello o alopecia es más habitual entre los hombres, si bien las mujeres también la sufren. Casi el 50% de la población masculina sufre algún tipo de caída del cabello, y esto puede suceder a cualquier edad. Las causas pueden ser genéticas, por estrés, enfermedades, dieta carente de nutrientes esenciales, problemas de tiroides, déficit de hierro, infecciones, anemia, exceso de cosméticos…
El trasplante capilar es un tratamiento cada vez más popular y más aplicado por los grandes resultados que aporta y porque es la solución definitiva contra la mayor parte de las alopecias, si bien hay diferentes métodos y técnicas.
La más reciente es la técnica FUE (en inglés Follicular Unit Extraction, Extracción de Unidad Folicular), es un método de injerto capilar consistente en extraer unidades foliculares de zonas con gran densidad de cabello, (llamadas zonas donantes) para implantarlas en zonas con baja densidad o simplemente alopécicas (llamadas zonas receptoras).
Los cabellos no se extraen de uno en uno, sino como unidades foliculares, que son agrupaciones de varios folículos que se extraen conjuntamente. Cada unidad folicular puede tener entre 1 a 5 pelos. Estas unidades foliculares de 1, 2, 3 ó 4 pelos se extraen acompañadas de las estructuras perifoliculares (vasos capilares, glándula sebácea, músculo erector pili, etc.).
En una primera fase se extraen una a una las unidades foliculares en un proceso minucioso y de gran precisión. Tras prepararlos con cuidado bajo el microscopio son introducidos cuidadosamente mediante microincisiones en las zonas calvas o alopécicas. Se implantan con diferentes diámetros de aguja en función del tamaño del folículo a implantar.
Para poder llevar a cabo este tipo de extracción de unidades foliculares es necesario el rasurado de la cabeza, ya que ésa sería la medida de pelo idónea, aunque se pueden hacer rasurados parciales o en forma de flaps o cortinillas, sobre todo en el caso de mujeres.
La principal ventaja de la técnica FUE respecto a otras es que no deja cicatrices visibles a simple vista, y al no extraer tiras, la zona donante mantiene la densidad y por tanto el proceso en general tiene un postoperatorio más corto.
