Ajo negro: superalimento muy versátil
Hay quien cree que hoy en día, con el uso de pesticidas, los cultivos intensivos y la introducción de los transgénicos nuestros alimentos no son tan nutritivos como lo fueron años atrás y que vivimos sin la cantidad de nutrientes necesarios para tener una salud óptima.
Por ello hay quien ha aportado a su dieta algún tipo de superalimento, que no es otra que un alimento al que se le conceden especiales beneficios porque concentra en sí nutrientes, vitaminas y minerales de manera intensa.
No son una solución para todas las enfermedades, pero pueden resultar un complemento alimenticio perfecto dentro de una dieta bien equilibrada.
Uno de estos superalimentos es el ajo negro, que no es otra cosa que el ajo blanco convencional tras sufrir un proceso de fermentación natural, lo que hace que se transforme un producto, ya de por sí saludable y nutritivo, en un superalimento que ha incrementado sus componentes beneficiosos.
Es una fermentación natural, de aproximadamente un mes, en unas condiciones específicas a altas temperaturas en habitaciones con control de humedad. Luego para lograr un sabor dulce, como a ciruela, el ajo fermentado se deja oxidar en una sala limpia durante 45 días.
Este producto ya puede encontrarse en los supermercados, normalmente en la sección gourmet, y ya se emplea en muchas cocinas y restaurantes.
¿Qué tiene de especial el ajo negro?
Para empezar, tras la fermentación han desaparecido el olor fuerte, el mal aliento o el sabor amargo, por lo que se puede consumir en grandes cantidades sin los efectos olfativos secundarios.
Además, el ajo negro tiene el doble de antioxidantes que el ajo crudo, antioxidantes que protegen las células de los radicales libres y ralentizan el proceso de envejecimiento y las enfermedades crónicas. A ello le suma las propiedades que ya tenía cuando era un ajo común: es muy útil durante la temporada de resfriados y gripe, ya que su gran cantidad de antioxidantes apoya al sistema inmune, y es también un gran antibiótico y fungicida.
Por ello el ajo negro debería estar en la despensa de todos, pero más aún en la de deportistas y personas que realizan mucho ejercicio físico a lo largo del día, porque un sólo diente de ajo negro tiene el mismo poder energizante que una cabeza de ajos crudos entera.
Respecto a su empleo, se puede comer crudo o cocinado de la misma manera que el ajo fresco, ya que tiene una textura blandita y masticable, suave, casi untable, por lo que se puede usar como el convencional o como complemento para queso o tostadas.
Sin duda lo que más destaca del ajo negro es que proporciona todos los beneficios del ajo blanco (y algunos más) sin tener los contras que éste suele tener.
¡Incorpóralo a tu dieta ya!