Neuromoduladores ¿qué son y para qué se emplean?
Los neuromoduladores en medicina estética se han convertido en uno de los tratamientos faciales por excelencia en los últimos años. Esta técnica, que permite eliminar arrugas, es mínimamente invasiva y se puede adaptar a las necesidades de cada paciente, permitiéndote volver rápidamente a tu rutina diaria. ¿Quieres conocer más sobre sus beneficios para la piel? ¡Claro! Aquí te lo explico.
¿En qué consisten los neuromoduladores en estética?
Los neuromoduladores son una toxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum. Al ser inyectada en la piel, esta toxina impide temporalmente el movimiento de un músculo, lo que crea un efecto de rostro más relajado y terso. Su uso más común es para suavizar las líneas de expresión del rostro, como aquellas que aparecen con una gesticulación repetida. Además, también se emplean para reducir espasmos musculares o la sudoración excesiva. Incluso son compatibles con el tratamiento del bruxismo, ya que ayudan a disminuir la fuerza de los episodios.
¿En qué se basa el tratamiento?
El procedimiento es sencillo y breve. Primero, se realiza una consulta de valoración en la que el médico analiza el rostro del paciente y define las zonas a tratar. Luego, se aplica el inyectable en esas áreas, un proceso que dura solo unos minutos y generalmente se realiza con anestesia local. Después del tratamiento, los únicos cuidados necesarios son evitar la exposición al sol, no hacer ejercicio intenso durante las primeras 24 horas y moderar las expresiones faciales. Los resultados se aprecian a los pocos días y, aunque no son permanentes (duran alrededor de seis meses, dependiendo de cada paciente), aportan un aspecto más joven y firme a la piel.
¿Es apta la neuromodulación facial para todos?
Hace 20 años se aprobó el uso de los neuromoduladores en España como tratamiento para mejorar la piel y prevenir el envejecimiento. Desde entonces, se han realizado numerosos tratamientos con resultados satisfactorios, mínimamente invasivos y sin cirugía. A menos que estés embarazada, tengas una infección en el área a tratar o alguna enfermedad crónica o muscular, los neuromoduladores son una excelente opción para mejorar la apariencia de tu rostro y aumentar tu confianza en ti misma.
Los neuromoduladores son versátiles y se pueden aplicar en distintas áreas del rostro, como el entrecejo, la frente, las comisuras de los labios y el contorno de los ojos. Si eres constante con el tratamiento, notarás una notable mejora en la calidad de tu piel.