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¿Es posible corregir las orejas separadas?

¿Es posible corregir las orejas separadas?
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Uno de los complejos físicos más recurrentes, tanto entre hombres como entre mujeres, son las orejas separadas, más conocidas como orejas de soplillo. Según la RAE, soplillo es un ruedo diminuto, elaborado por lo común de esparto, con empuñadura o sin ella, que se emplea para avivar el fuego. Así que a las personas que tenían unas orejas prominentes y separadas se les decía que las tenían de soplillo para burlarse, como si pudieran dar aire con ellas al modo de aventadores de una hoguera o un fuego.

Estas orejas ligeramente (o no) separadas de la cabeza suponen un motivo de vergüenza, porque esta deformidad puede desaparecer sola al crecer o acentuarse, lo cual puede afectar a los más pequeños si se meten con ellos en el colegio. A muchos bebés no se les nota al nacer, pero se les despegan ligeramente en los primeros meses de vida.

Es simplemente un problema estético, sin repercusiones sobre la audición, cuya causa es que uno de los pliegues de la oreja, llamado anthelix, produce una excesiva profundidad en la concha de la oreja.

Lo habitual es que este defecto se dé en ambas orejas, aunque en contadas ocasiones aparece sólo en una. Para que se considere que una oreja está separada o despegada, su parte superior debe estar a más de 2 cm de la cabeza. La cirugía de orejas u otoplastia es la intervención que consiste en reducir su tamaño o cambiarles la posición por una más próxima a la cabeza. Se puede realizar tanto en niños como en adultos, si bien lo lógico es esperar a que las orejas hayan acabado de formarse.

La cirugía se realiza siempre en un quirófano; en el caso de los niños se recomienda realizarla bajo anestesia general, mientras que para los adultos lo habitual es emplear anestesia local con o sin sedación, de manera que estén despiertos durante la cirugía, pero relajados. Tras la operación los pacientes vuelven a casa ese mismo día, con un vendaje especial que habrá que ir cambiando. Los adultos pueden hacer vida normal casi enseguida, con las precauciones pertinentes para no dañar la zona. En el caso de los niños, es recomendable que pasen unos días en casa, para evitar el exceso de actividad física y los golpes.

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