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Anima tus comidas con orégano, sabroso y saludable

Anima tus comidas con orégano, sabroso y saludable
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El orégano es mucho más que un simple condimento para las pizzas. Hay constancia de que se utilizaba en remedios naturales desde hace miles de años, por sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas. Se dice que fue creada por la diosa Afrodita para llevar un poco más de felicidad a los humanos, según la mitología griega.

Está fuertemente asociado a la dieta mediterránea y su nombre significa “la alegría de la montaña”.

Es muy habitual que esté presente en pequeñas macetas en algunas cocinas, para añadirlo a los guisos y aliños diarios.

Puede consumirse fresco, pero su aroma se intensifica con el secado y el prensado. Al igual que otras hierbas, el orégano pierde su sabor con la cocción, por lo que es mejor añadirlo al final de la preparación de los platos.

En infusiones se utiliza para el tratamiento de trastornos en el tracto gastrointestinal y para aliviar los síntomas de los resfriados y catarros.

Es emenagogo, es decir, ayuda con los cólicos causados por la menstruación, y mejora la retención de líquidos, la irritabilidad general y ayuda con los dolores de cabeza y de estómago.

Lo podemos utilizar en conjunto con el jabón para tratar el acné y las espinillas, debido a su efecto antibiótico, y en su uso tópico (como aceite esencial) puede resultar un buen remedio para los dolores y las inflamaciones de las articulaciones en los casos de enfermedades reumáticas.

Un forma sencilla y saludable de incorporar el orégano a nuestra cocina es en el desayuno: una tostada de pan integral con aceite de oliva, tomate y orégano te aportará los nutrientes necesarios para comenzar bien el día.

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